PREOCUPACIÓN. Pasado-Presente-Futuro
"Nunca Dejes que el futuro te perturbe, lo enfrentarás (si es necesario) con las mismas armas de la razón que hoy te arman contra el presente"
En el primer viaje que hice a China, allá por el 2017 iba como el que va de excursión o con los colegas de viaje, lleno de energía y cortando encendido a cada paso. Nervioso, pero con mucho respeto, aquello era una aventura, la aventura que cambiaría mi vida.
Había leído muchísimo sobre ellos, la curiosidad que, desde que tengo uso de razón despertaba en mí, era brutal; por la cultura, la economía y sobre todo por las importaciones, no me preguntes por qué pero me llamaban mucho la atención.
Por aquel entonces, ya era conocedor de la personalidad del pueblo asiático (por lo menos on-line) incluso de como se las gastaban en cuanto a comercio se refiere, pues eran muchos años ya también, los que llevaba comercializando con ellos. Esta vez, sin embargo era especial, presencial y sobre todo cargante; por los deberes que llevaba en la maleta, la misión de ese viaje no era otra que la de llenar un contenedor marítimo, hasta los topes, de rodilleras de 5mm. Con todo lo que eso suponía y yo aún lo desconocía.
Estaréis pensando por qué os cuento todo esto, y es porque entre otras cosas me preocupe mucho, me "extrapreocupe". En la maleta junto a los deberes, de llenar el container, llevaba preocupaciones y para mi entender, grandes; recuerdo extrapreocuparme por como comunicarme con ellos. En contexto, en la mayoría de las fábricas, los directores o dueños hablan solamente chino y mi inglés no era el mejor que digamos, era el que se saca del colegio en España...😒
Por esa y por muchas otras preocupaciones (entre ellas, una que todavía recuerdo; había muchísimas personas que se hacían pasar por trabajadores directos de fábricas sin serlo, los conocidos como "Traders") decidí contar con los servicios de "Antonio"...sí, mi tocayo, pero Chino...
Éste, a pesar de resultar ser el traductor más incompetente de China, el que peor vistiera y el que había suspendido en educación y buenos modales, también era el más barato y mira que por aquel entonces ya comprendía que lo barato, sale caro.
Pero por esos años de inicio, no había otra, no podía permitirme nada más, todo absolutamente todo iba para las rodilleras (hasta lo que no teníamos)... Pues resultó que Antonio, mi traductor chino, mi querido Antonio, me iba a dar una de las mayores lecciones de mi vida...
Rebobinaré hacia delante todo el proceso de; las visitas a las fábricas (mas de 18 en 5 días, en ubicaciones muy dispares), los festejos exagerados de los managers y trabajadores al recibirme, las invitaciones a comidas, que están tan lejos de nuestro paladar habitual, que sería incapaz de describir aquí y el choque de la nueva cultura; pasaré por alto todo eso y también el repaso que me dieron bebiendo en Qingdao unos chinos y me centraré en el momento de mi gran decisión.
Dos fábricas eran las finalistas, tenía que decidirme por una, para hacer las muchas rodilleras que habíamos diseñado al milímetro y yo aún tenía 500 dudas en mi cabeza, un sin fin de preguntas, el tiempo en mi contra y muchas preocupaciones de todo el proceso, sobre todo de cara al futuro.
Cuando Antonio, que ya nos habíamos hecho el uno al otro, se percató de mi estado, me ofreció un poco de leche de un brik justo después de apartarlo de su boca tras beber, y un bocado de baozi ya mordido. Podéis imaginar mi respuesta... el caso, paramos y nos sentamos, los pies me echaban fuego de lo que habíamos caminado esos días y me contó un proverbio chino que me marcaría de por vida; decía algo tal que así;
Había una vez un campesino chino, era pobre pero muy sabio, trabajaba la tierra con su hijo.
Un día su hijo le dijo:
-¡Padre, qué desgracia tan grande! Se nos ha escapado el caballo.
-¿Por qué le llamas desgracia? - respondió el padre - no te preocupes, a ver qué pasa...
A los pocos días el caballo regresó, acompañado de otros caballos.
-¡Padre, qué suerte! - gritaba el hijo - Nuestro caballo ha traído otros caballos!!
- Por qué le llamas suerte? - le dijo el padre - A ver qué pasa...
Al poco tiempo, el hijo quiso domesticar a los caballos, uno de ellos, se encabritó y lo tiró al suelo.
El muchacho se rompió una pierna. -¡Padre, qué desgracia! - exclamó ahora el hijo - ¡Me he roto la pierna!
Y el padre, haciendo uso de su experiencia y sabiduría, sentenció: -¿Por qué le llamas desgracia? A ver qué pasa! El muchacho no se convencía en absoluto de su destino mientras lloraba de dolor en su cama.
Pocos días después pasaron por la aldea los enviados del rey, buscando jóvenes para llevárselos a la guerra. Vinieron a la casa del anciano, pero como vieron al joven con su pierna entablillada, lo dejaron y siguieron de largo.
El joven comprendió entonces que nunca hay que dar ni la desgracia, ni la fortuna como absolutas, sino que siempre hay que darle tiempo al tiempo, para ver si algo es malo o bueno.
Entendemos que, la vida da muchas vueltas, y es tan paradójico su desarrollo, que lo que nos preocupaba tantísimo quizás ni siquiera termina pasando; que lo malo se hace bueno y lo bueno, malo.
Lo mejor es aceptar el presente, “rendirse a lo que es”, aquí y ahora …hacerlo con toda tu alma y lo mejor que podamos; el mañana ya vendrá y como decía la semana pasada en el broadcast anterior. enfoquémonos en lo que podemos controlar AHORA.
En muchas cosas, somos ese joven muchacho chino. Deja de lamentarte, acepta lo que es, ten una actitud abierta a lo que venga, sé feliz con lo que tienes aquí y ahora.
Por otras circunstancias y mejoras, ese no es nuestro fabricante actual de rodilleras, pero nos ayudó muchísimo en el proceso y aprendizaje, hasta hacerme un experto en rodilleras y lo más importante, todo salió bien, lejos de las preocupaciones que tenía por aquel entonces. De esta forma este broadcast se lo dedico, 上海小彭Antonio,
Gracias por leer y superfuerza!
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